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He naufragado en un mar de recuerdos.

Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.

Estar ROTO DE AMOR, duele.

G.D.

viernes, 31 de octubre de 2008

Redefinirnos


Periodismo & Periodistas

El Día del Periodista fue establecido en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas, celebrado en Córdoba, en recuerdo del primer medio de prensa con ideas patrióticas.
El 7 de junio de 1810, Mariano Moreno, fundó la "Gazeta de Buenos Ayres", primer periódico de la etapa independentista argentina.
La Primera Junta indicó por decreto su fundación, por ser necesario anunciar al público, al pueblo, los actos oficiales y las noticias exteriores y locales.
Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

Antes del Bicentenario
“El periodismo argentino”, como síntesis, es una categoría demasiado amplia, diversa e inconsistente. Es una generalización abarcativa, que poco dice.
No ha sido igual el periodismo de las grandes ciudades que el de los pequeños poblados; el ejercido bajo gobiernos asfixiantes que en medio de administraciones abiertas y flexibles. Por eso, ubicar al periodismo y a los periodistas en el contexto de su aparición y ejercicio, es fundamental (elemental) para elaborar un análisis creíble.
Los medios locales, por su parte, agregan a esta descripción su propia génesis, sus propias limitaciones, logros y objetivos.
Sus bondades -al estar afincado en una zona- se alojan en la interpretación de las necesidades vecinales y en plantearse como un auténtico puente entre los distintos centros de poder y la gente: sus lectores y anunciantes.
El periodismo zonal, a veces con falencias, otras con aciertos; muchas con escasos recursos y otras con poco rigor profesional o técnico, de todos modos, cumplió (y cumple) con una doble función: ser registro histórico de los acontecimientos lugareños y comunicar noticias y hechos que los medios masivos, de alcance nacional, no difunden.
Sin embargo, este periodismo -salvo reducidas excepciones- no atraviesa el mejor período.
Sin una estructura económica sólida, la interacción e inmediatez que posee Internet y -muchas veces- falta de identidad, evidencia una lánguida presencia que anuncia futuras desapariciones, o permanentes agonías.
Sólo la elaboración de un buen producto, pensado y realizado con seriedad y compromiso, podrá revertir el diagnóstico.
Al compromiso social-cívico, le deberá seguir una estudiada estrategia de marketing que, seguramente, se sostendrá en la calidad y el rigor informativo, un buen diseño y la responsabilidad general.
De este modo, una emisora radial dedicada, atenta; un canal de televisión que busque al ciudadano local como teleespectador, o un medio gráfico (o digital) que se solidarice con el vecino, orientando sus demandas, podrá sí ser tomado en cuenta -valorado- por anunciantes privados y oficiales, organizaciones y público.
Camino al Bicentenario de la Revolución de Mayo, debe pensarse en cómo se arribará a esa fecha y qué o a quiénes se recordará el 7 de junio de 2010, sin olvidar o disminuir el rol que la prensa zonal tuvo a lo largo de nuestra historia.
Qué camino debe seguirse para darle credibilidad a esta efemérides es una tarea que recién comienza, aunque no puede reservarse solo a una discusión de pocos y a escasos momentos, siempre antes del aniversario, para sepultar la fecha, luego, junto a sus implicancias y protagonistas.
Debería -sin dudas- incluir a diversos actores, a diferentes voces, sin omitir e interpretar las mutaciones del último siglo, con sus zozobras, efectos y esperanzas, todos muy distintos a los de aquel 1810, germinal y emancipador, o al ya distante y en sepia, 1910.
Nota:
En la fotografía...un día felíz. Lo viví junto a mi esposa Marta y mi hijo Lucas. Sofía, era muy pequeña y no asistió a la ceremonia, en el Hotel Marriot Plaza.
Después de obtener un título terciario y ejercer el periodismo por años, llegué a la Universidad Abierta Interamericana (UAI), y en el 2000 me gradué como Licenciado.
Un curioso sueño (que se repetía incansablemente), me alarmaba. Me recordaba que no había completado mi formación.
Sin embargo, yo poseía el título de Periodista. Con el tiempo, y tras obtener el nuevo diploma -sumado al de Profesor Universitario en Comunicación Social-, esa idea y esa imagen se desvanecieron. Pude, además, completar un Postgrado en Medios de Comunicación y Opinión Pública, en FLACSO, lo que me enorgullese, abriéndome mente y espíritu.
Dos espacios vitales para seguir vigente y versátil.
Mente y espíritu al servicio de la vocación...de la vocación por informar y arribar a la verdad.

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