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He naufragado en un mar de recuerdos.

Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.

Estar ROTO DE AMOR, duele.

G.D.

lunes, 4 de mayo de 2009

Entrevista/Perfil


Realizada hace cuatro años, esta entrevista confirma que Acuña va por más. Sigue consagrándose campeona (acaba de ganar en el Lun Park) y el documental sobre su vida fue elogiado, aquí como en el exterior...
Marcela Acuña... y las "luces" del ring
Es una "Tigresa". En la vida y en el deporte que practica, profesionalmente, hace más de una década: el boxeo.
Femenina, madre de dos pequeños: Maxi y Josué; nacida en la provincia de Formosa, vive y entrena en Caseros.
Es una Campeona Mundial que sabe de esfuerzos –"para subirse ‘con todo’ al ring hay que trabajar mucho"-; que nunca descuidó su imagen ni los otros roles importantes de la vida ("ser madre y esposa es también un placer").

Suele vérsela por Caseros, haciendo compras o mirando vidrieras. Flanqueada por sus hijos y Ramón Chaparro: su esposo y entrenador. Sencilla y vital (Marcela cumplirá en octubre 30 años) sonríe a quien la salude, firmándole un autógrafo si se lo pide.
Así se pasea por la vida (y por las calles céntricas de esta ciudad, elegida para armar su hogar y proyectarse internacionalmente) Marcela Acuña, una referente del boxeo femenino mundial, que dejó el "full contact" para calzarse los guantes y pegar.
Sin embargo, físico y calidez alejan de su persona al estereotipo de la mujer boxeadora.
"Nuestra Tigresa" no es masculina en sus modos ni portadora de un cuerpo voluminoso que, por exagerado desarrollo de la masa muscular, estropea genio y figura.
Al contrario, Marcela es delgada, potente y delicada. Su fortaleza sobre el ring es directamente proporcional al "estilo" con que ataca o se defiende.
Precisa, resistente y pura. En los golpes, como en los dibujos que traman sus pies "entre las sogas". Acuña aparece, entonces, como un modelo a seguir por muchas jovencitas que quieren boxear.
Rigurosa ("Me levanto a las 6 de la mañana, desayuno, y hago la parte física del entrenamiento: salir a correr, hacer gimnasia, trabajos de velocidad; por la tarde, después de almorzar y atender a los chicos
-no hay que olvidar que soy ama de casa-, retomo el trabajo, dedicándome a lo técnico").
Soñadora ("deseaba ser campeona mundial y lo conseguí; ahora deberíamos llegar a una mayor igualdad con el boxeo masculino, respecto de las bolsas -dinero en juego, contratos-), Marcela no pierde de vista su futuro.
Recuerda Formosa, sus comienzos en un gimnasio donde conoció a Chaparro mientras se iniciaba en el full contact ("boxeo con patadas", aclara). El ser campeona sudamericana de esa disciplina a los 14 años, la necesidad de progresar y experimentar nuevos desafíos, hasta que... "ver a Christy Martín, me cambio la vida", dice. "La vi boxear y me dije: ‘yo quiero hacer eso’".
Hacia Miami
Corría el año 1997 y Buenos Aires ya la había recibido con su valija de sueños. El boxeo femenino recién sería oficializado en 2003; así que con decisión, y anticipándose a lo que vendría, "la Tigresa" ingresó al mundo del box por la puerta grande: viajó a Miami, EE. UU., y se enfrentó a Christy -su ídola-, peleándole con habilidad y empuje; perdiendo sólo por puntos.
"Me decían estás loca, el boxeo femenino aún no está reglamentado en la Argentina; vas a ir al matadero, ¿cómo te vas a enfrentar a la mejor del mundo...?, y allí fui", subraya.
"Ella tenía 30 peleas hechas, 28 ganadas por K.O. y yo CERO, pero peleé igual y fue fantástico", dice.
Sin el apoyo adecuado, ni la estructura necesaria al principio, tanto Marcela como el boxeo femenino fueron creciendo dentro y fuera del país.
En la Argentina mucho más tarde que en otras latitudes, pero
-indudablemente- con un quiebre histórico que lo produce la aparición de "la Tigresa" Acuña en el firmamento de escasas boxeadoras con que aún cuenta nuestro medio, caracterizado por púgiles masculinos de renombre, que van desde Loche y Monzón hasta Gatica, Castro y "Pepe" Balbi (estos últimos, hoy, también se entrenan en el Gimnasio "Tito Lecture" del Ce.De.M. N° 2 de Caseros).
La Carrera
"El boxeo no es para todas las mujeres", sostiene, "pero es un dato más que confirma la liberación femenina". "La mujer -detalla- salió primero a trabajar fuera de su casa, se dedicó a la política, empezó a ocupar cargos públicos y recién después se animó con los deportes reservados exclusivamente a los hombres", afirma con conocimiento y cierta satisfacción por el largo camino recorrido por su género, aunque este no haya fácil o exento de dificultades.
"Cuando me inicié, salvo Chaparro, pocos creían en mí, o pocos me ayudaban a avanzar. Desde con quienes podía entrenarme hasta las condiciones en que practicaba o se elegían las contrincantes"- memora- era complicado".
"Esto va modificándose de a poco", apunta. "Ahora cuento con otras posibilidades, tengo una trayectoria y aspiro a combatir con mejores boxeadoras para demostrar toda mi capacidad. Ya lo hice en dos categorías: en Súper Gallo y Pluma. En esta última conservo el título de la WIBA", señala con orgullo.
"Millon Dollar Baby" local
Marcela Eliana Acuña es agradecida. Menciona a la Intendencia de Tres de Febrero, destaca su trabajo en Centro Deportivo Municipal ("Curto le ha dado un gran apoyo al deporte y el boxeo" ) y no cierra casilleros, en busca de oxígeno, como suele hacerlo bajo las luces del ring o frente a su sparring en el trabajo cotidiano.
Por eso es que se anima con una estrella como "pupila": " la Monita" Natalia Oreiro, protagonista de "Sos mi vida", junto a Facunda Arana (Canal 13, de lunes a viernes, a las 21 horas, con producción de Pol-Ka); ensaya peinados a la hora de pelear, supervisa su vestuario deportivo (batas y shores, tops y binchas) y cuida el maquillaje "por que soy coqueta y no voy a dejar de serlo, aunque boxee", confiesa.
Tal vez por todo esto (la faz deportiva, su carisma y madurez) hasta de
Alemania, una directora argentina, residente en Europa, Matilde Michanié, se interese por su vida y la convoque para un documental sobre su carrera y la historia del pugilismo femenino ("Licencia N° 1", se llamará el largometraje que posiblemente se estrene a mediados de 2006).
Firme cuando se molesta por lo arduo que es ubicar contendientes de buen nivel, o cuando debe aclarar que "no dejaré el boxeo en 2007 para dedicarme a actuar o modelar", Acuña siente que al haberse diversificado y ser más popular, los medios presionan para obtener respuestas o disparan ideas y temas que no son parte de su verdad.
"Que deje el boxeo es mentira. Lo de la telenovela está relacionado con mi carrera porque estoy entrenando a Natalia para su personaje; ahora no sé si apareceré en la tira, veremos...", se apresura a decir.
En un estadio, frente al espejo antes de una salida con su familia, o coordinando golpes coreográficos con Oreiro, Marcela Acuña no se desvive por figurar o ser lo que no es.
Ella sabe que su corazón late, en este presente, del mismo modo que lo hizo siempre: acelerado antes de un combate, después de su training, cuando besa a sus hijos ("los adoro, son mi esperanza"), cuando se siente contenida por su marido o admirada por muchas mujeres y hombres que le gritan "fuerza Tigresa".
¿Por qué cambiaría?.
Le dicen, por el filme de Clint Eastwood, "Millon Dollar Baby", sin embargo está muy lejos de esa suma ("las bolsas son pequeñas", indica en toda entrevista) y de ese final doloroso que la premiada película se encarga de lanzar para la polémica.
"Nuestra Tigresa" tiene una larga carrera por delante, una familia, hijos que la sostienen y desafíos que, a sus 29 años, le permiten soñar y probarse para seguir creciendo, sobre el ring y en la vida.
Por Gustavo D´Orazio, para la revista Caseros y su Gente (2005).

D.N.I
Marcela Eliana Acuña. Apodo: La Tigresa. Reside en Caseros. Nacida en Formosa,el 16 de octubre de 1976. Altura: 164 cm. Trainer: Ramón Chaparro. Manager: Osvaldo Rivero. Total de Peleas: 24, ganó 12 por K.O.

Habla Michanié, cineasta
(...)"Me interesó su historia personal, es decir lo que debió batallar por su afición deportiva tanto como por relación afectiva con Ramón Chaparro. Se conocen desde que ella tenía 7 años y él, que lleva como 20, enseñaba artes marciales. Creo que a los 16 le dio su primer hijo y a los 18 el segundo. Después empezó a boxear, con él de manager. El se dedica a ella sola, en una relación de mucho soporte emocional. Como debía hacer un documental en Paraguay, aproveché a conocerla en su propia tierra de Formosa, y le propuse rodar sobre ella, que todavía no era campeona mundial, ni siquiera estaba segura de mantener sus
sueños. Desde entonces ha crecido mucho, y eso es lo que hemos registrado" (...).

Artes-Ocio-Espectáculos, Ámbito Financiero, 29-11-2005.

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