P O E S í A /// P O E S í A

//COMUNICACION SOCIAL //
//PERIODISMO // NUEVAS TECNOLOGIAS // ACTUALIDAD // CINE //
//ARTE Y DISEÑO // PUBLICIDAD//
//L I T E R A T U R A//

He naufragado en un mar de recuerdos.

Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.

Estar ROTO DE AMOR, duele.

G.D.

martes, 14 de julio de 2009

Cine para este receso

Vi…

Luciérnagas en el Jardín: mala. Un libro y un montaje oscuro, que no atrae ni conmueve. Un elenco estelar (J. Roberts y otros) en una historia que naufraga.
Código de familia: buena. Como El Padrino pero de policías. Cine de género, con introspección familiar. Se sostiene en las interpretaciones convincentes de C. Farell y E. Norton. Un retrato actual sobre la corrupción de la fuerza que no escapa a ninguna sociedad.
Todo puede cambiar: regular. Helen Hunt y otros en un relato que atrae pero con un desarrollo desparejo.

El precio de la libertad: muy buena. Es una producción que emociona y hurga -con sentimientos y afinada psicología- en la relación de Nelson Mandela y su carcelero, James Gregory, en la Sudáfrica del apartheid (1968 en adelante). Un retrato político y humano cuestionador, bien actuado (Joseph Fiennes, como Gregory; Dennis Haysbert en el rol de Mandela; Diane Kruger como la esposa del carcelero) y narrado con solvencia por Bille August. El liderazgo de Mandela, el racismo, la violencia, la injusta realidad local y los vaivenes institucionales desfilan por esta cinta que también plantea interrogantes más personales (íntimos) sobre las conductas de los hombres, las órdenes brutales y el libre pensamiento. Llega hasta la liberación de Mandela (tras 27 años de prisión) y nos hace reflexionar sobre ese continente, la desigualdad social y ciertos valores (naturales) universales. Una frase de Mandela enseña su mensaje universal: “Nadie nace odiando a los demás por el color de su piel, su educación o su religión. La gente aprende a odiar, y si se puede aprender a odiar, se puede enseñar a amar, porque el amor surge del corazón humano de un modo más natural que el odio”.
La última oportunidad: aceptable. ¿Es una comedia romántica?. Yo no la calificaría así. La situación que plantea interesa. La soledad, los cambios de vida, de rumbo y esas decisiones que nos pueden transformar…Lo que no hay es “piel o química” entre la pareja elegida como protagonistas: Emma Thompson y Dustin Hoffman.
Camino Revolucionario o Sólo un sueño:
buena. (Primero, que no los aleje el título. Hace mención al nombre de la calle donde vive la familia). La narración del filme es ágil. El planteo atendible: una mujer está hastiada y, junto a su marido, quiere cambiar…, pero ¿podrán?. La pareja de Titanic en un filme denso y dramático. Sobresale DiCaprio. Intenso y maduro en su composición. No desentona Kate Winslet que, dirigida por su esposo, dota de potencia y matices a un personaje difícil.
El secreto: mensaje cuestionable. Buena producción pero apenas un aporte para convencer a los que buscan la felicidad en el dinero, el éxito y el protagonismo destacado.

Esperando la Carroza 2: decididamente MALA. Un libro endeble. Precaria producción, grosera, sin alegría o complicidad para el divertimento...escenas arrancadas de la original y vueltas actuar. Los actores: dicen sin gracia, repitiéndose, confirmando que el tiempo pasó y ha dejado huella. Casi todo ocurre en una casona de Vicente López. No hay esmero en las tomas, en el guión; faltan guiños, apuntes socioculturales reales. Apenas un lenguaje soez surge para teñir de "comedia" a sucesos costumbristas o familiares. Al final, nace un argentinito (eso dice una improvizada partera, Lidia Catalano). ¿Ese argentinito es el que ha ido al cine a ver esta producción, de no más de 85 minutos, que ni Doria ni Langsner se atrevieron a avalar, a filmar?. Un argentino más otro, que sumaron medio millón de espectadores (¿defraudados?) para "la Carroza 2". En 2008, se estrenaron casi 90 filmes. Calidad variada y eco de público y crítica, también variado. ¿Dónde se ubica esta continuación?. Sin Gasalla, ni China Zorrilla, los actores restantes son "estereotipos reconocibles" dentro de un elenco que naufraga y no hace reír, ni pensar acerca de cómo sómos o nos ven. Mostrar incultura, falta de educación, de estilo y deshonestidad no bastan para caracterizar una galería de personajes (ética-estética) sin escrúpulos, fracasados, engreídos y/o falsos. Dos ausentes: un buen director y un mejor guión. Cámara, vestuario y sonido: pobres, sin creatividad. ¿Incongruencias en esta segunda parte, respecto del inicio de la historia de los Musicardi?: muchas. Un subproducto que facturó gracias al éxito y la calidad de aquella otra Carroza que sostenía: "vamos a reírnos de nostros mismos"... y ¡cómo lo lograba!.

VEAN CINE EN EL CINE O EN SUS HOGARES. CON AMIGOS, CON SUS HIJOS. ES UNA BUENA OPORTUNIDAD PARA VOLVER A VER AQUELLA PELI QUE NO TERMINASTE, O TE QUEDO PENDIENTE O, SIMPLEMENTE, DESEAS REVISAR.
Gustavo D´Orazio

No hay comentarios: