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He naufragado en un mar de recuerdos.

Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.

Estar ROTO DE AMOR, duele.

G.D.

lunes, 4 de abril de 2011

Homenaje a los Caídos en Malvinas

JUAN LÓPEZ Y JOHN WARD Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los catógrafos, auspiciaba las guerras. López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote. El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en una aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen. El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender. Jorge Luis Borges, 1985

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Gustavo, me pregunto cómo se recuerda hoy en día esa guerra desde la Argentina. Supongo que es una mezcla de todo un poco y casi todo confuso, como un mal sueño o algo así.
Cordiales saludos

Carlos Ortega dijo...

A veces la muerte nos encuentra en los lugares y en las circunstancias más inverosímiles.
Ninguno de los dos se hubiera imaginado jamás una muerte así.

Triste.

Un abrazo.

María Socorro Luis dijo...

Cómo indignan esas muertes tan inútiles, tan absurdas...

Abrazos, Gus