Hoja de Otoño
Caes,
y un último destino
-natural y previsible-,
te obliga a completar
el tapiz húmedo de la vereda.
Moradora serás
de una decoración pasajera,
que pocos disfrutan
y todos ven:
esa alfombra crujiente,
inevitable de pisar y romper
bajo el pie inclemente
-apurado y firme-,
del verdugo citadino
que no es capaz de llevar
un poquito de otoño a su casa;
acariciar una hoja caída,
o esconderla en la soledad
de su bolsillo de lana.
Gustavo D´Orazio - 2012
Desde la Argentina, un refugio para quienes deseen indagar en el imaginario de un amante de la palabra... Literatura, periodismo; fusiones e invenciones en un océano virtual que jamás pensé integrar.
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He naufragado en un mar de recuerdos.
Ante el futuro incierto, busco en el presente
al que soy. Hoy ya no es ayer.
G.D.
Estar ROTO DE AMOR, duele.
G.D.
2 comentarios:
El otoño es mi estación favorita, me gusta tu poema, sobre todo el final.
Tu otoño y mi primavera se abrazan en el aire.
Bello poema, Gus. Un abrazo.
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