Las vacaciones llegaron a su fin.
Salta, Tucumán y Jujuy fueron, en esta oportunidad, el destino elegido.
Bellezas naturales (como este maravilloso paisaje de colores terrosos, en Humahuaca), historia, arte, tejidos, danzas y platos típicos; música andina, museos (ver las momias rescatadas en Salta; de alturas extraordinarias, tras siglos de silencio y ritos ancestrales, resultó conmovedor); sol y cardos centenarios, conformaron una conjunción de sensaciones hermosas -únicas-, que recuerdan a los Incas, al Virreynato, a los habitantes originarios de la región...
Un norte argentino variado, con contrastes socioculturales profundos, armonía en el horizonte, alturas imponentes, visitas de extranjeros; antiguas costumbres y novísimas propuestas para descubrir y disfrutar parajes que hechizan, flora y fauna que asombran y hombres y mujeres que enseñan desde su sabiduría pausada y práctica.
Realizado junto a mis hijos, el viaje nos unió y deslumbró.
Vuelto a Baires, a mis tareas, inicio este 2013 agradeciendo los saludos por mi cumpleaños...queridos lectores, seguidores, amigos, familiares, alumnos y colegas.
5 comentarios:
Bienhallado, Gustavo! Fascinantes esas vacaciones, tan apetecibles como resultan desde aquí. Espero que la vuelta al trabajo no sea muy dura.
Un abrazo y, por cierto, felicidades!
¡Bienvenido, querido Gus! El encuentro con la tierra y lo ancestral renueva, revigoriza, y más aún si se han vivido cosas tan intensas junto a los hijos. Buen año de trabajo, de poesía y , por supuesto, de Triálogos.
Lugares preciosos, Gus.
Ay, la Quebrada de Hamahuaca... qué recuerdos...
Bsos
perdón, quise decir Humahuaca.
Hermosa vivencia. Gracias por compartir.
Nos vemos.
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